miércoles, 20 de enero de 2010

UNA BOFETADA EN PLENO ROSTRO A LA DIGNIDAD NACIONAL

El indulto a José Enrique Crousillat es indignante. Resulta grosera y descarada la manera en que deja claro sin reparo alguno que su gobierno, es un gobierno de impunidad y favores políticos a toda la corruptela que le representa.

Crousillat vendió sin asco la línea editorial de un canal de televisión, él y su hijo fueron procesados por haber recibido el equivalente a 69 millones de soles de Vladimiro Montesinos. Este agente confeso de fujimontesinismo ha sido puesto en libertad sin justificación alguna, permitiéndole evadir la responsabilidad penal que debe asumir por la comisión de tan grave delito.

Como él fueron muchos los que se sometieron sin objeción alguna al aparato de poder, criminal y manipulador que creo Alberto Fujimori. Un largo número de procesos penales han permitido establecer responsabilidad para muchos de ellos y someterlos a las sanciones correspondientes, sin embargo aun hay bastantes casos pendientes y en proceso, para los cuales este indulto representa un punto a favor, puesto que sienta un pésimo precedente para la justicia peruana, dejando en evidencia que la impunidad es algo que se puede garantizar.

Es cierto, el presidente tiene la potestad para otorgar un indulto en la mayoría de los casos por cuestiones humanitarias, sin embargo el caso de Crousillat no se ajusta a este tipo de razones, pues es bien sabido por todos los peruanos que su salud fue siempre atendida y cuidada en condiciones de suma comodidad, y ésta no ponía en juego su vida.

Y si algo queda en evidencia ahora, es que la supuesta enfermedad que generó la compasión de García, ahora con el aire fresco de la impunidad se desvanece mientras hace compras en Asia, y planea viajes al extranjero.

El indulto a Crousillat es preocupante, y deja ver a qué clase de agenda política Alan García responde.

Una justicia que no sanciona proporcionalmente a la gravedad de los delitos cometidos, y que se aplica de manera selectiva, no es justicia.

No podemos permitir que los avances que ha logrado la justicia peruana en materia de derechos humanos y lucha contra la impunidad se vengan abajo para el beneficio de corruptos y asesinos.

Exigimos se revise el caso Crousillat y se re establezcan las responsabilidades penales que le corresponden tanto a ese delincuente, como a aquellos que confabularon para ponerlo en libertad injustamente.

La impunidad en este caso representa una herida más para el pueblo peruano sin cerrar, la protección a todos quienes formaron parte del aparato delincuencial creado por Fujimori y Montesinos es una agresión directa al pueblo peruano.

Hacemos un llamado urgente a todos a pronunciarse sobre estos hechos para que no se queden en la mediatización y podamos conjuntamente exigir justicia.

POR UN PERÚ LIBRE DE LADRONES, ASESINOS, CORRUPTOS AL MANDO DEL PODER.


Coordinadora Contra la Impunidad - Perú , CCI-P

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